martes, 8 de marzo de 2011

HACIA UNA EDUCACION ORIENTADA A LA EXCELENCIA



La onda de cambio en el sistema educativo en Puerto Rico y en los Estados Unidos nos presenta la oportunidad dorada de que, ésta disposición al cambio, facilite el flujo de nuevas ideas y propuestas que impacten positivamente la economía, la salud y la educación. Como educador, entiendo que estas nuevas propuestas deben ir orientadas hacia promover el éxito y el desarrollo integral de los estudiantes en su plano social, personal y profesional, mediante programas educativos innovadores. Programas que se ajusten a sus necesidades y que capaciten a nuestros estudiantes a su integración al mundo del trabajo. Una educación holística que tome en cuenta el profundo misterio de la conectividad de la vida y su interdependencia con el universo, además de la realidad de la experiencia.  Una vez el estudiante toma conciencia de esta interdependencia, se esfuerza por mejorar él, su comunidad y el planeta.
Es urgente un Departamento de Educación que reconozca que toda persona tiene la capacidad y el derecho de ser exitoso y que cada estudiante sea niño, joven o mayor es un ser único, inteligente y valioso. Un Departamento de Educación que deje de conformarse con fracasar al 55% de los estudiantes que se matricula, que acepte las diferencias individuales y estimule en cada estudiante un sentido de tolerancia, respeto y aprecio por la diversidad humana. Que enseñe a valorar sus propios puntos fuertes y fomente que se ayuden mutuamente; con maestros que estén atentos y conscientes de las necesidades, de las diferencias y aptitudes de cada estudiante y con la capacidad de responder a esas necesidades a todo nivel.
El objetivo primario y fundamental de la educación es sustentar las posibilidades inherentes en el desarrollo humano. Por tanto, debe reconocer que cada persona es creativa, tiene necesidades y talentos únicos de tipo físico, emocional, intelectual, espiritual y que posee una capacidad ilimitada para aprender. Tanto la filosofía institucional, el concepto y desarrollo de los programas, así como los directores y maestros deben afirmar con sus acciones y actitudes que este es un sistema que facilita la enseñanza, orientado hacia el éxito y el completo desarrollo de todos los estudiantes.

Por: Dr. Miguel Ángel Zayas,
Presidente y Director de Alternative Training Educational School (AT


EL ÉXITO ES PARA TODOS



Casi a diario, padres y estudiantes nos preguntan el significado y del lema de nuestra institución “El Éxito es para Todos”. La respuesta que siempre damos es la misma: “Porque es cierto, el éxito está para todos”. Este lema es un resumen de uno de los cinco principios filosóficos en que se basan nuestros ofrecimientos académicos, el principio #1 que dice: “Toda persona tiene la capacidad y el derecho de ser exitoso”. Principio que adoptamos porque firmemente promovemos que cada persona es creativa, tiene necesidades y talentos únicos de tipo físico, emocional, intelectual y espiritual y posee una capacidad ilimitada para ser exitosa y próspera. También es muy común que al dar esta respuesta surja esta pregunta: ¿El fracaso no existe, entonces porque fracasé en la escuela, en el trabajo?  Nuestra respuesta la queremos compartir con ustedes:
El fracaso está en la mente de cada persona y en su manera de interpretar los resultados derivados de alguna acción. Seguramente, más del 90% de las personas que te rodean estarán convencidos que “fracasaste” o de que “fracasarás”. Te lo digan o no, pero lo piensan y lo comentan entre ellos, y es precisamente lo que podrían pensar esas personas que te rodean lo que te causa más temor, hasta el punto de no correr riegos para evitar lo que ellos y tú podrían percibir como fracaso.
Un error no se convierte en verdad por el hecho de que todo el mundo crea en él, decía Mahatma Gandhi.
El fracaso más grande es nunca haberlo intentado, dice un proverbio chino.
El éxito y la prosperidad es un estado de consciencia, y como tal, necesita ser alimentado de pensamientos positivos para poder manifestarse. Lamentablemente, algunas personas escogen desear, pensar, sentir y expresarse de una manera muy limitada y eso los dejan en una consciencia de carencia y fracaso, la cual es contraria a la propia naturaleza de los seres humanos. 
Nuestra naturaleza es creativa, de pensamientos e ideas ilimitadas.  Buda enseña que “Todo lo que somos surge con nuestros pensamientos. Con nuestros pensamientos hacemos el mundo".  De los pensamientos es que han surgidos los grandes inventos y adelantos de la humanidad. Cualquier cosa que el hombre pueda imaginar, el universo es capaz de dárselo.
El fracaso es totalmente ilusorio e irreal, pero se siente como si estuviese ocurriendo de verdad y paraliza.
Imaginemos, sólo por un momento, que podemos hacer realidad todos nuestros deseos, que sólo con desear cualquier cosa podemos verla manifestada ante nuestros ojos; ¿cuál sería su primer deseo? y si tuviera que escoger solo un deseo, ¿cuál sería? Realmente, no importa cuál sea su primer deseo pues puede tenerlos todos y la idea de que se nos pueda conceder sólo un deseo es contraria a nuestra esencia de seres plenos. Todos podemos elegir que se nos cumplan todos nuestros deseos.





TODO ATRAE A SU IGUAL, es decir, energías positivas atraen energías positivas y energías negativas atraen energías negativas. Prácticamente se nos da más de lo que tenemos -aquello en lo que nos enfocamos- y la gente que tiene un sentido de privación está muy enfocada en su sentimiento de no tener, así que el resultado es que sigue viviendo en las mismas circunstancias.
Imagínese si cada vez que respiremos pensáramos que el oxígeno que tenemos disponible se pudiera acabar, ¿podría respirar tranquilamente como lo hace ahora mientras lee este artículo?
De seguro, consciente o inconscientemente, trataría de limitar la cantidad de oxígeno que entra a sus pulmones. Así mismo, cuando cree que no hay suficiente dinero, ni trabajo, cuando cree que no tiene la inteligencia y capacidades suficientes para usted limita el éxito y la prosperidad de forma permanente en su vida. Las personas exitosas y prósperas están conscientes de la abundancia que existe a su alrededor y son agradecidas por la misma.
Sobre este pequeño detalle abundaremos en otro artículo. Éxito

 

Por: Dr. Miguel Ángel Zayas,
Presidente y Director de Alternative Training Educational School (ATES)


LOS BUENOS SIEMPRE GANAMOS


Cuando niño, cada vez que veía una película de terror o de algún superhéroe, donde el protagonista o “bueno” de la película estaba en aprietos, me decía a mí mismo: "no te preocupes, si los buenos siempre ganan”. De esta manera calmaba la ansiedad de ver a punto de morir al personaje que representaba la bondad, la justicia, en fin, a los buenos.  Por eso, cada vez que jugaba con mis hermanos a los vaqueros o a los pillos y policías, siempre quería ser el “bueno” por el convencimiento que tenía de que los buenos siempre ganan. 
Más tarde, en mi adolescencia, invertí parte de mi tiempo en competir organizadamente en deportes y era habitual encontrar uno que otro personaje que tratara de ganar haciendo trampas o utilizando métodos no muy éticos para lograr la victoria sobre otros, incluso en torneos organizados bajo estrictas reglas. 
Esa frase, que acuñé desde niño, me sirvió para no caer en la tentadora práctica de lograr una medalla, trofeo o reconocimiento a base de métodos deshonestos. Aunque confieso, que a pesar de que me repetía la frase “los buenos siempre ganamos”, vi en varias ocasiones premiar a algunos de estos “chicos malos”. Fueron varias las ocasiones en que me cuestioné a mí mismo la veracidad de mi frase favorita, a pesar de las múltiples ocasiones que esta manera de pensar me sirvió para mantenerme enfocado en el camino correcto ante las injusticias que viví en varias facetas de mi vida.  
Gracias al universo, no sucumbí ante la tentación de pagar mal con mal, de obrar mal con mal de acuñar la famosa frase “ojo por ojo, diente por diente” ya que, al pasar el tiempo, los aparentes triunfos de los chicos malos se convirtieron en su propia condena.
Quien aprende a sobrevivir y a obtener “éxito” mediante tramoyas o haciendo el mal a otros, termina siendo víctima de su proceder por la Ley Universal del Karma. Recuerdo a un mentor en la Universidad que dijo en una ocasión, al ser cuestionado del porqué no penalizaba a los que cometían plagio en sus trabajos, “deja que los cuelgue la vida, no yo”.  
El tiempo le dio la razón, pues de nada le son útiles a una persona el tener en sus notas un montón de “A” si las mismas no son reflejo ni producto del conocimiento y de las destrezas que tiene. 
Cuando estas personas se enfrentaron al mundo laboral trataron de lograr el éxito de la única manera que conocían; mediante la deshonestidad, pasando por encima de otros, y deseando el fracaso de otros, ya que, para estas personas, el fracaso de otros es el éxito de ellos.  
Así también hemos visto casos de personas que, mediante viles artimañas, se quedan con negocios, propiedades y dinero que otras personas han sudado y trabajado honestamente, sin necesidad de hacer daño a nadie. 
No es sorpresa que muchas de estas personas están en prisión, enfermos, en bancarrota o viviendo una vida en soledad y amargura, producto de su proceder no de la venganza ni castigo de nadie.
Recientemente, un amigo que con mucho esfuerzo y sacrificio estableció un negocio en Cayey, se me acercó sumamente molesto y me dijo que contrató a varios jóvenes a repartir flyers casa por casa y a colocar letreros para la promoción de su negocio. Unas semanas después, se entera de que una persona se dedicó a recoger casa por casa los flyers que él había colocado y a tumbar los letreros. Sumamente molesto me indicó que tomaría venganza contra este ser. Mi consejo fue el siguiente: “no te preocupes, los buenos siempre ganamos” y le pedí que sólo le deseara a la persona que evolucionara hacia un ser mejor, ya que desearle el mal o tomar venganza lo convertiría en una persona igual a ésta.
Hace poco me volví a encontrar a mi amigo y éste muy contento me dijo que había seguido mi consejo. 
Para su sorpresa, las llamadas de clientes no cesan en su negocio y muchas de estas llamadas surgieron de personas, que al ver que le recogían de su casa los flyers, les dio curiosidad por saber lo que decían y de personas que al ver tratando de tumbar unos letreros se paraban a leer lo que estos decían. 
Me dijo:  "la mejor promoción, sin quererlo, me lo dio esta persona tratando de hacerme el mal. Gracias a Dios, mi negocio es uno de los más prósperos de Cayey ". Muy complacido, le recordé que hay otra Ley Universal; “las energías positivas son siempre más poderosas que las negativas”. 
Muy satisfecho, recordé nuevamente mi niñez y adolescencia. Recordé aquellas películas donde los villanos casi destrozaban a los buenos y los buenos, casi sin fuerzas, lograban el triunfo. Medité, y me repetí tres veces: LOS BUENOS SIEMPRE GANAMOS.
Dr. Miguel Ángel Zayas








Por: Dr. Miguel Ángel Zayas


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